Un mal presagio

 

-      
Se que esto es muy repentino, pero vas a morir pronto.

Aquí estoy yo, en medio de una cafetería enterándome que mi muerte se aproxima, lo peor no es eso, lo peor es que mi mejor amiga es la que me lo está diciendo.

-       Sara, estas bromeando con esto ¿verdad? – aunque realmente parezca una broma no puedo evitar tomármelo en serio, siendo que es ella la que lo dice.

Ahora que lo pienso Sara siempre ha sido bastante… rara, pero no es porque ella quiera.

Nos conocemos desde la primaria, ella estaba alejada del grupo y yo como buena gente, me acerqué a hablarle y nos terminamos llevando bien, aunque no éramos muy cercanas en ese entonces.

-       Elena– en ese tiempo ella hablaba tan bajo como si solo susurrara, al no escucharla ella me empujo un poco, haciendo que me moviera del lugar en el que estaba parada, antes de que pudiera preguntar porque hizo eso, una rama grande cayó en el lugar en el que estaba parada anteriormente.

-       Eh… Sara… me salvaste – solo era una rama, pero si no me hubiera movido seguro habría salido lastimada - ¿Cómo lo viste venir?

-       No puedo decirlo es… un … secreto… mamá me dijo que no lo diga…

-       ¡prometo no contarlo a nadie!

-       Si lo prometes creo que está bien – ella parecía dudar, aun así, me lo contó- yo puedo… ver… el futuro…

-       ¿en serio? ¿eres una super heroína?

Y con ese secreto nuestra amistad se afianzó. Aunque años después cuando ya había madurado un poco, me lo volví a cuestionar.

-       ¿puedes ver el futuro?

-       Sip

-       Pruébalo

-       La profesora se ausentará porque está enferma, vendrá una suplente que se llama Arami- todo esto lo dijo sin quitar sus ojos del juego que estaba probando.

Unos momentos después la puerta de nuestro salón de clase se abrió e ingresó una mujer que no conocía.

-       Buenos días chicos, hoy su maestra no podrá presentarse, por eso darán clases conmigo soy la profesora Arami.

Tardé un poco en salir del shock.

-       Sara, eres un poco rara, lo sabes ¿verdad? – susurré para que nadie más escuchara.

Ella tiró un suspiro.

-       Sí, lo sé.

Desde entonces me acostumbré a escuchar de ves en cuando alguna de sus premoniciones. Lo que nos lleva hasta este momento, me ha dicho cosas locas, pero esto… no tengo idea de cómo calificarlo.

-       Yo nunca podría bromear con algo así- se defendió indignada.

-       Lo sé, lo sé… al menos puedes explicarte mejor.

-       Te vi corriendo en dirección a alguna parte, tenías que cruzar una carretera de una sola dirección, fuiste prudente, pero un camión que iba a toda velocidad perdió el control y terminó acabando con tu vida.

-       ¿Cómo puedes decir todo eso tan inexpresivamente? Aun hay muchas cosas que quiero hacer… ni siquiera me gradué …

-       Cálmate un momento…

-       ¿¡Como puedes pedir que me calme!? ¿enserio me estas pidiendo que me calme?

-       Si – realmente no puedo comprender en que está pensando esta chica – ¿recuerdas la ves que la rama del árbol casi cayó sobre ti.

-       ¿porque mencionas eso tan de repente?

-       En mi premonición te lastimaste, pero lo cambié, entonces podemos hacer lo mismo ahora – tiene razón aun tengo posibilidad de salvarme – además como tu mejor amiga no puedo dejar que mueras de forma tan lamentable.

-       Entonces ¿tienes un plan?

-       Claro que lo tengo, además no es para nada complicado…- su confianza me contagio, creo que estoy pasando por una montaña rusa en este día- lo único que debes hacer es evitar las carreteras de un solo sentido.

Y aquí vamos en bajada de nuevo.

-       En serio debes estar bromeando…

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El genio obsesionado

El dragón y la sirena

Zafiro