La mujer que salvo mi vida

 


 
Fue en un día cualquiera, cuando esos aterradores seres comenzaron a aparecer para atormentar a los humanos.

Criaturas altas, delgadas, oscuras como el carbón con aterradores ojos blancos. Aparecen en cuestión de segundos para buscar a sus presas, luego desaparecen sin dejar rastro alguno, no sin antes atrapar a sus víctimas.

 Pobre de esas desafortunadas personas. Cuando son atrapadas sus cuerpos se desvanecen transformándose en nubes que son aspiradas esas horrendas criaturas.

A mí me tocó ver, como mataban a personas, casi fui uno de ellos. Volvía del trabajo en colectivo como cualquier otro día, me sentía con suerte, pensaba que el mundo se encontraba en la palma de mi mano por haber sido ascendido.

De pronto, el colectivo se detuvo en seco, en cuestión de segundos dos de esas criaturas comenzaron a entrar al bus, tomando la vida de los pasajeros, el conductor fue su primera presa, los gritos pidiendo auxilio eran en vano, pues, no había nadie que pudiese luchar contra ellos o al menos eso es lo que pensaba hasta ese momento. Como estaba sentado en el último asiento, era el único que seguía vivo, las criaturas se acercaban con la boca abierta preparándose para tomar mi vida.

-       ¡AGACHATE! – gritó una voz femenina.

Una mujer encapuchada con una gran espada en comparación a sus delgados brazos, atravesó el cuerpo de una de las criaturas, luego con agilidad hizo lo mismo con la otra, así como aparecieron se desvanecieron convirtiéndose en polvo.

-       Aun quedan unos cuantos afuera, no salgas hasta que te lo permita ¿entendido? – dijo la mujer para posteriormente bajar del vehículo.

Los gritos característicos de esos monstruos resonaron, helando la sangre de cualquiera que lo escuchara. Me asomé por la puerta buscando con la mirada a aquella mujer que había salvado mi vida.

Ágilmente atacaba, sin que ninguno pudiera alcanzarla, de pronto nuestras miradas se encontraron. Ella corrió hacia mí, empuño su espada, lo paso tan cerca de mi rostro que casi roso mi mejilla. Luego me di cuenta que una de esas criaturas intentó atraparme por la espalda. 

Sí, la mujer volvió a salvarme sin que pudiera hacer nada.

-       Te dije que te quedaras adentro, ¿acaso no me entendiste? – la mirada de esa mujer era sumamente aterradora, ella soltó un suspiro- bueno… de todos modos se están marchando, lamento que pasaras por esto.

-       Ah, no… tú me salvaste… casi muero.

-       No lo tomes personal o algo así, espero que no nos volvamos a encontrar en este tipo de situaciones.

Ella se fue tan misteriosamente como apareció. No sé si es suerte o mala suerte, pero esta no fue la última vez que nos encontramos.

Comentarios

  1. Estuvo genial prima pero fue muy en corto pero vino fue divertido vay y de doy 6 estrellas👌👌

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

El genio obsesionado

El dragón y la sirena

Zafiro