La historia del álamo
Ese día, un
paseo familiar se llevaba a cabo, los primos caminaban por el campo cansados
por el largo viaje.
-
¿En
serio no podemos ir a dormir directamente?
-
Mamá
dijo que no y tía dijo que pasemos el tiempo aquí hasta la cena.
-
Lo
sé, estuve ahí.
Los cuatro
niños caminaban sin rumbo fijo.
-
¿Qué
tipo de árbol será este?
La más joven
y curiosa del grupo sacó esa pregunta de la nada apoyando sus manos en el
tronco del árbol.
-
Creo
que es un álamo, pero no estoy seguro.
El mayor de
todos respondió observando el árbol y llevando una mano al mentón.
-
¿Álamo?
¡conozco una historia sobre los álamos!
La niña
mayor exclamó alegremente al recordar la historia que escuchó en la escuela.
-
¿En
serio? ¿Cómo va?
-
¿Cómo
era? … ah sí… Esta es la historia de las Helíades
“Ya había
pasado cuatro meses desde que, ese tipo… ¡Faetón!, falleció intentando conducir
el carro de su padre, pero sus hermanas no dejaban de llorar y lamentarse por
la muerte de su hermano.
Lo llaman
una y otra vez, de noche y de día sin encontrar ningún resultado.
Los dioses
al verlas y al escuchar sus quejas se compadecieron de ellas.
Un día, la
hermana mayor Faetusa, cuando quiso tirarse al suelo sintió sus pies rígidos,
la segunda hermana … Lampetie fue retenida por raíces y la hermana menor Egle de
su cabeza quito… verdes frondas. Sus piernas fueron retenidas por troncos, sus brazos
se convirtieron en largas ramas y una corteza rodeó sus cuerpos solo dejando
sus bocas llamando a su madre, aunque todavía no entiendo porque ¿Qué se supone
que podría hacer ella?”
-
No
dejes la historia por la mitad, continua- la regaño su hermano que escuchaba
atentamente el relato.
“Bien… Sus
lágrimas con el sol se endurecieron y en ámbar se convirtieron.
Y las hermanas
como un álamo quedaron.”
La chica
terminó su relato y miró a su público.
-
Entonces,
¿se convirtieron en árboles por llorar mucho?
La menor del
grupo preguntó con sus ojos fijos en el árbol y cierto temblor en la voz
-
Sip.
-
No
creo que eso sea los más importante de la historia, además no creo que sea
verdad, no creo que tu seas capaz de llorar por mi hasta convertirte en árbol-
dijo riendo el hermano mayor.
-
¿me
estas retando?
El niño más joven interrumpió la discusión de los hermanos.
-
Tal
vez este álamo sean ellas.
-
Hmm…
Tal vez sí.
Las
conversaciones sin sentido de los primos continuaron hasta que la noche cayó y
sus padres llegaron a buscarlos.
Tal vez haya sido solo una ilusión, pero los cuatro creyeron haber escuchado un sollozo proveniente del árbol cuando el viento sopló, pero decidieron no indagar más en eso y lo guardaron como un pequeño secreto.
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